Las dificultades relacionales y emocionales presentadas por las personas en su convivir en la cultura y sociedad, pienso tienen que ver exclusivamente con la gran opresión de los discursos objetivistas acerca de la realidad, principalmente del “yo” de forma estructuralista y el deber ser desde el poder. Nuestra cultura moderna trae consigo una historia que a mi juicio no podemos borrar de un día para otro, las guerras, las luchas, el racismo etc, cuanto se ha hecho solo por el defender una verdad. El suponer que debemos de ser perfectos, tener cuanto podamos tener, un gran auto, una gran casa, el poder de decidir por los demás, ser exitoso, ser competente, ser mejor que todos, sin cuestionamiento alguno. La economía de libre mercado en conjunto con la religiosidad, nos han impuesto verdades absolutas, y creo que es ahí donde surgen estos relatos de la sociedad occidental que terminan haciendo que las personas tomemos como válidos discursos que no hacen más que llevarnos a un emocionar negativo, la idea de que todo está dentro de nosotros, de que debamos ser moralmente correctos, y participar obligatoriamente de una cultura neoliberal, nos oprime.
Pienso que es todo un desafío lograr una agencia personal en estas condiciones a las cuales nos enfrentamos diariamente en nuestro convivir. Por tanto centrarnos en el yo individual, no lograremos absolutamente nada. Mi postura es la de la colectividad, en el pensar co-constructivo es que podemos hacer cambiar al ser humano, en tanto si podemos cambiar las reglas del juego (discursos del poder), podremos convivir de una mejor manera y como resultado tendremos un mejor devenir.
En relación a lo terapéutico, pienso que cuando alguien llega a consultarnos, es porque ha adoptado e internalizado un discurso opresivo en su vida, tanto de su familia, pareja, jefe, cultura etc, que no le deja tomar partido de sus propias decisiones, y no logra agenciarse a sí mismo. El papel del terapeuta creo, no es ser un ente de control social que busque adaptar a las personas a los discursos objetivistas, si no que más bien co-construir una postura crítica que le permita desarrollar nuevos significados acerca del sí mismo y de la cultura en la que vive.